Síguenos y entérate de nuestras informaciones al instante:

José Ramírez les brinda un valor digno de destacar a los Indios

Por Joe Posnanski / MLB.com - 25 de julio, 2018 - Artículo Original
José Ramírez. ©AP
José Ramírez. ©AP
Vamos a pensar por un momento en lo siguiente: El mejor jugador de todo el béisbol que no se llama Mike Trout está ganando menos de US$2.5 millones esta temporada. Durante los próximos tres años, ganará US$19 millones… en total. Esto no es para echarle la culpa a nadie. No es una historia triste. El jugador y el equipo firmaron ese contrato de muy buena gana. Les cayó de maravilla a ambas partes. Lo que queremos decir aquí es que los Indios de Cleveland consiguieron la ganga del siglo cuando firmaron hace dos temporadas al dominicano José Ramírez. ¿Podemos hablar un ratito de Ramírez? Me parece que no mucha gente le está prestando la atención debida a la fantástica historia de este jugador. Empecemos por esto: Mide sólo 5'9 (1,75 metros), pesa 165 libras (75 kilos) y es líder en jonrones de las Grandes Ligas con 30, uno más que J.D. Martínez, quien es probablemente el doble de grande que Ramírez. Lo principal aquí es que Ramírez siempre fue muy pequeño. Ese era el defecto que siempre le encontraban. Esa fue la razón más importante para que los Indios le diesen un bono de US$50,000 cuando lo firmaron en la República Dominicana. Ningún otro equipo se interesó en él. No tenía buen brazo. No tenía pinta de pelotero. Y era demasiado pequeño. El veterano scout dominicano Ramón Peña tuvo que hacer malabares para convencer a sus jefes en Cleveland. Aquellas primeras impresiones no desaparecieron incluso luego de que Ramírez empezó a dar sus batazos en las menores, sorprendiendo a todo el mundo. Seguía siendo un ligamenor poco cotizado. Muy bajito, seguían diciendo. "Ramírez tiene poco poder y no apunta a crecer mucho, así que algunos scouts se preocupan ante la posibilidad de que los lanzadores más avanzados se lo coman vivo", escribió Baseball America sobre él en el 2013. Y el año siguiente añadieron que "Ramírez tiene un swing fluido desde ambos lados del plato, pero los jonrones no son parte de su juego". ¿Saben cuál fue el tope de jonrones de José Ramírez en una temporada en las menores? Cinco. En toda su carrera en las filiales de los Indios pegó 13. La esperanza era que se convirtiera en un segunda base de esos pequeñitos que se roba algunas veces y batea para un promedio decente. Pero lo más probable era que terminara como utility. Y antes de la temporada 2016, Cleveland decidió probar a Ramírez en el jardín izquierdo para darle algo de versatilidad al equipo. Entonces, pasó lo que pasó en el 2016. No había crecido nada. No había sumado músculos, ni lucía diferente. Nada. Pero desde los entrenamientos primaverales empezó a pegar palos. Las pelotas empezaron a chocar contra la pared. Y luego a pasarle por encima a la cerca. "Es más fuerte de lo que la gente cree", dijo el manager de los Indios, Terry Francona, durante los entrenamientos primaverales de aquel año, aunque él parecía ser el primer sorprendido. Ramírez no tenía muchas posibilidades de hacer el equipo grande cuando arrancaron los entrenamientos, pero se terminó quedando como quinto jardinero. Y empezó a batear desde el primer día. Pronto quedó claro que otro dominicano, el veterano de 37 años Juan Uribe--quien estaba jugando en la tercera base--ya no podía con esa responsabilidad, así que Ramírez empezó a jugar algo de tercera. También actuó mucho en el jardín izquierdo y un poco en segunda. Y mientras se movía por todo el terreno, bateaba y bateaba. Cerca del 1ro de agosto, los Indios decidieron que era una tontería seguirlo moviendo y le dieron la tercera base. Ramírez pasó allí los últimos 58 juegos de la temporada, bateando .339 con .533 de slugging. ¿Qué tenemos exactamente aquí?, se preguntaron seguramente en la Tribu. Cuando se acabó la campaña, Cleveland le ofreció a Ramírez el contrato antes mencionado. En ese momento, tenía todo el sentido del mundo. La daba seguridad a Ramírez, un jugador que jamás había sido considerado un prospecto. Y era una apuesta que valía la pena para los Indios, a quienes les gustaba muchísimo la ética de trabajo y las ganas de jugar y adaptarse a cualquier situación de Ramírez. Nadie sabía que Ramírez estaba por convertirse en uno de los mejores bateadores de las Mayores. ¿Quién ha podido imaginar tal cosa? ¿Quién ha podido saber que Ramírez iba a encabezar su liga con 57 dobles en el 2017, que pegaría 29 jonrones, se robaría 17 bases y anotaría 107 carreras, todo eso mientras jugaba una tremenda defensa, suficiente para ser finalista al premio Jugador Más Valioso de la Liga Americana? Ahora, en esta temporada, a Ramírez le está yendo todavía mejor. Ya tiene esos 30 jonrones, un slugging de .633 y se ha robado 20 bases en 23 intentos. Su defensa en la antesala es de Guante de Oro. Y tiene más boletos que ponches. ¿Quién es capaz de sacar más pasaportes que ponches en el 2018? El hombre es un fenómeno. Este tipo de historias hay que contarlas una y otra vez. Estamos hablando, no nos olvidemos, de alguien que pudo no firmar al profesional de no ser por la visión de un scout. De un jugador que se ha podido perder en las menores de no ser por su determinación y versatilidad. Ramírez aceptó aquel contrato que le ofrecieron los Indios después de una buena temporada porque el trato le brindaba seguridad de por vida, algo que quizás nunca esperó del béisbol. Y ahora puede que termine siendo el JMV de la Liga Americana en el 2018, incluso con las temporadas que están teniendo Trout y Mookie Betts. Este invierno vamos a hablar mucho de todo el dineral que podría conseguir Bryce Harper. ¿Se imaginan lo que un equipo pagaría ahora en el mercado libre por José Ramírez?
Suscribirte al Club

Recibe todas nuestras novedades inmediatamente en tu correo electrónico.