Pedro Ciriaco es la gran sorpresa en Boston

Le dieron el nombre de Pedro, pero para los propósitos de esta columna puede ser llamado únicamente de una manera: ¡Caramba! Ciriaco. Desenrollen la lengua una vez, y entenderán por qué. Ka-RUM-bah! Cee-REE-ah-coe. Nos atrevemos a decir que si la madre de Pedro Ciriaco, de vuelta en la República Dominicana, había sido capaz de prever hace 26 años las cosas que su hijo haría en el campamento de los Medias Rojas de Boston esta primavera, podría haber alterado su certificado de nacimiento en ese entonces. ¡Caramba! Lo decimos de la misma manera que el diccionario online de MacMillan lo hace: "expresar tu emoción, placer o disfrutar algo". ¿Cómo puedes no disfrutar a un agente libre que no se encuentra en la plantilla --que pasó seis años en las ligas menores, haya sido eliminado por dos equipos y tiene un total de 31 partidos en grandes ligas registrados-- que tiene el tipo de primavera que Ciriaco ha tenido para los Medias Rojas? Está bateando para .441, con tantos hits como cualquier otro en el campo, se ha robado cinco bases, el número más alto del equipo, su slugging es de .676 y ha jugado el campo corto, la intermedia, la antesala e incluso en el jardín central. Fue clasificado como el mejor campo corto a la defensiva en el sistema de los Piratas de Pittsburgh, donde jugó por última vez, y como el poseedor del mejor brazo dentro del cuadro en el sistema de los Diamondbacks de Arizona.